Recomendaciones para educar en verano

El verano es siempre una etapa complicada para la mayoría de los padres y madres, ya que en sí representa un cambio muy grande en la dinámica familiar habitual. Por eso, te vamos a hacer algunas recomendaciones para que le saques el máximo partido posible a esta etapa y no represente un caos para tu familia.

Recomendaciones para establecer rutinas de verano y mejorar la dinámica familiar

  1. Establece una rutina. Parece típico y repetitivo, pero es totalmente cierto. Las rutinas generan bienestar y seguridad en los niños. Y el verano no puede convertirse en una etapa en la que “cunda la anarquía” en casa. Si bien es cierto que la rutina no tiene (y no debe) ser la misma que el resto del año, sí tenemos que pensar en una que incluya unos horarios de compartir en familia, de lectura, de participación en tareas del hogar…
  2. Estabiliza el horario de sueño. El descanso es sumamente importante para el correcto funcionamiento cognitivo y neurológico, y en el caso de los niños es vital que su rutina de sueño sea sana. Si normalmente durante el curso su hora de ir a la cama es a las 20:30, en verano debemos intentar que no diste mucho. Por ejemplo, podemos dilatarla un poco y que duerman a las 21:30, pero no mucho más, ya que supone un cambio muy drástico para los pequeños.
  3. Dale una responsabilidad a tu hijo. De por sí el cole es una responsabilidad para los niños. Pues bien. En verano ya no la tienen. Por eso es una buena oportunidad para que comiencen a hacerse responsables de algo que requiera atención diaria: una mascota, una planta, lavar los platos del desayuno… Piensa en algo que tu hijo (dependiendo de su edad y su capacidad) pueda ir asumiendo como responsabilidad propia. Recuerda además que esta responsabilidad les genera motivación, lo cual es genial para su desarrollo personal.
  4. Propón planes diferentes. Que tengas que tener una rutina en verano no implica que incluyas planes extraordinarios que no podrías hacer durante todo el año. Ir a la playa en familia un miércoles, ir al parque de atracciones, ir al campo… Eso les regala a los niños una sensación muy buena de disfrute y satisfacción personal.
  5. ¡Déjale que se aburra! Sí, como lo oyes. El aburrimiento es una oportunidad buenísima para que los niños desarrollen su creatividad y su imaginación. Muchas veces intentamos sobreestimular a los niños con bombardeos externos generando en el niño un verdadero rechazo hacia el aburrimiento. Y no, no tiene porqué ser así. El aburrimiento no es malo ni algo que debamos evitar, sino todo lo contrario. Supone una herramienta de crecimiento personal y autoconocimiento muy potente. Ya lo decía Erasmo de Rotterdam: “El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento”.