¿Por qué hay tantos problemas en la alimentación de los niños con TEA?

¿Por qué hay tantos problemas en la alimentación de los niños con TEA?

Son muchas las ocasiones en que los padres de un niño diagnosticado con TEA acuden a consulta preocupados por sus desórdenes alimenticios. En general se trata de una dificultad bastante evidente a la hora de variar en los alimentos que ingieren. Esto causa muchos problemas, ya que llevar una dieta equilibrada y saludable es esencial para el correcto desarrollo de los niños.

Bien, antes de entrar en materia en el tema de la alimentación, es importante recordar que el Trastorno del Espectro Autista es una disfunción neurológica de tipo crónica con base genética, en el que se ven afectadas dos áreas principales: comunicación e interacción social y conducta estereotipada (Wing, 1989). Los problemas a nivel conductual llevan consigo una fuerte inflexibilidad cognitiva y conductual que causa rigidez frente a cambios o novedades. Esta última parte está muy relacionada con los problemas de alimentación en los niños con TEA.

Existen muchas causas que la literatura científica maneja con respecto a los problemas en la alimentación en el TEA: deficiencias enzimáticas, alteraciones gastrointestinales, alteraciones sensoriales, hiperselectividad, intolerancias y alergias, y problemas conductuales. 

Como ves, las causas son muy diversas y nada determinadas. Hoy me voy a centrar en aquellos problemas que tienen base en la hiperselectividad de alimentos y en los problemas conductuales.

¿Qué debo hacer para introducir alimentos nuevos a mi hijo con TEA?

Lo primero es que acudas al médico para informarle de la situación y que descarte que la causa se encuentre en algún componente médico.

Una vez hecho eso, lo ideal sería que acudieras a un terapeuta que te guiara en este proceso que es muy complicado y muy largo.

Con todo ello, hoy te voy a dar algunas recomendaciones para que las tengas en cuenta a la hora de iniciarte en este proceso.

Es esencial que antes de nada conozcas y analices bien qué alimentos son los que tu hijo tolera y qué alimentos le gustan. Te aconsejo que primero observes y te respondas a varias preguntas importantes:

  1. ¿Qué comida le gusta?
  2. ¿Qué comida ha probado y no le gusta?
  3. ¿Qué comida no ha probado siquiera?
  4. ¿Qué hace cuándo no quiere comer? (se provoca el vómito, llora, grita…)
  5. ¿Realiza alguna otra actividad mientras está comiendo? (ver la tele, jugar a la tablet…)

Todo ello es importante tenerlo en cuenta a la hora de iniciar la introducción de nuevos alimentos en la dieta de tu hijo.

Ahora tenemos que hablar de las bases de este proceso:

  1. La hora de la comida es exclusiva de la comida. Es decir, no vemos la tele, jugamos a la tablet o jugamos a cualquier otra cosa.
  2. Hay que establecer una rutina de comidas, más o menos todos los días a la misma hora.
  3. El entorno en que come debe ser agradable para el niño.
  4. No debemos excedernos en la cantidad.

Primero empezamos por introducir una cucharada del alimento que no le gusta, solo una. Y siempre con otro alimento que sí le guste, por ejemplo: una cucharada de calabaza a la plancha (comida que no le gusta), y dos pechugas de pollo (comida que sí le gusta). Vamos aumentando la cantidad conforme van pasando los días. 

  1. La textura del alimento nuevo debe ser parecida al alimento que sí le gusta. Por ejemplo, si lo que le gusta es la textura de la pechuga de pollo, no le vamos a poner directamente puré de calabaza. Primero intentaremos introducir la calabaza a la plancha.
  2. No le engañes. No le camufles la comida haciéndole creer que en realidad está comiendo lo que le gusta. Se puede sentir engañado y no confiar en probar ninguna comida.
  3. Ponle un sistema de recompensas. Refuerza positivamente su esfuerzo a la hora de probar alimentos nuevos. Pequeños detalles y cositas que le gustan (un postre de su agrado, jugar un ratito en la tablet…).
  4. No te pongas nervioso ni pierdas la paciencia. Este es un proceso muy complicado en el que tanto tu hijo como tú lo van a pasar mal. Por eso es muy importante que seas paciente y no pierdas los nervios gritando o enfadándote con tu hijo. A él le cuesta bastante todo esto.
  5. Nunca le pongas solo el alimento que no le gusta. No se lo va a comer y no se está alimentando de forma adecuada. Siempre preséntaselo con comida que sí le gusta y aumentando poco a poco la cantidad.
  6. Si deja el alimento en la boca pero no lo quiere tragar, ofrécele una cucharada del alimento que sí le gusta, así puede masticar y va a comer también el alimento que no le gusta. Siempre animándole: ¡muy bien, lo estás haciendo genial!
  7. Acepta y permite que a tu hijo no le gusten ciertos alimentos. ¡Nos pasa a todos!

Te aconsejo que vayas haciendo un registro para que veas cómo va yendo el proceso. Eso sí, ten en cuenta que el proceso no va a ser siempre de forma ascendente: habrá momentos en los que vaya mejor y momentos en los que sufra un retroceso. Lo importante es ser persistente y tener paciencia.

Este es el modelo de hoja de registro que te sugiero.

Bibliografía consultada:

  • Calderón Díaz, D. M. (2017). PROPUESTA DE GUÍA DE ALIMENTACIÓN PARA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA DEL CENTRO PSICOEDUCATIVO INTEGRAL ISAAC DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL (Bachelor’s thesis).
  • Ventoso, M. R., & Kanner, C. L. (2000). Los problemas de alimentación en niños pequeños con autismo. Breve guía de intervención. El niño pequeño con autismo, 153-172.
  • Vidaña, R. R. (2013). Cómo intervenir en los trastornos de alimentación de los niños y las niñas con autismo. Aula de innovación educativa, (218), 43-46.
  • Wing, L. (1989). The diagnosis of autism. In Diagnosis and treatment of autism (pp. 5-22). Springer, Boston, MA.