La importancia de estimular las funciones ejecutivas en niños y niñas

Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas cuyo objetivo principal es facilitar la adaptación de la persona  a situaciones nuevas y complejas yendo más allá de conductas habituales y automáticas (Cock, Matute y Jurado, 2008). En términos sencillos, se podría decir que las funciones ejecutivas nos ayudan a regularnos para cumplir un objetivo. En los niños, estas funciones se van desarrollando durante toda la infancia y se van consolidando a partir de los 12 años aproximadamente.

Pues bien, ¿por qué es importante trabajar las funciones ejecutivas en los niños?

Como se ha dicho anteriormente, son funciones estrechamente relacionadas con la consecución de objetivos y metas, y por tanto resultan esenciales para una correcta adaptación.

Para entenderlo mejor, vamos a explicar que las funciones ejecutivas se localizan en los lóbulos frontales. Estos lóbulos se encuentran en la parte frontal del cerebro (justo detrás de nuestra frente), y se ha visto que son esenciales para la correcta adaptación de la persona. De hecho, es la parte que más nos diferencia del resto de animales.

Se ha visto así, que lesiones en los lóbulos frontales están involucradas con dificultades atencionales, reducción en el autocontrol, y cambios en las habilidades de planificación y organización (Goldberg, 2001; Lezak, Howieson, y Loring, 2004; Stuss y Benson, 1986)

¿Cuáles son las funciones ejecutivas?

Son muchas las funciones ejecutivas que se han conceptualizado, pero todas están estrechamente relacionadas entre sí (Rodriguez-Aranda y Sudnet, 2006).

Así, a continuación vamos a hablar un poco de cada una de ellas:

  1. Inhibición: es la función que nos permite ignorar toda aquella información que no sea relevante o adecuada para la consecución de nuestros objetivos. Digamos que esta función nos ayuda a silenciar todo aquello que no es importante. Por esta razón, está estrechamente relacionada con el control de impulsos y es súper importante trabajarla en todos los niños, pero especialmente en aquellos que tienen problemas de impulsividad.
  2. Monitorización: Muy relacionada con el proceso de atención, aunque yendo más allá. Se trata de no solo mantener el foco de atención en la tarea que estamos realizando, sino además ir analizando si lo estamos haciendo correctamente. Sería como el “monitor” que supervisa que lo estamos haciendo acorde al plan establecido.
  3. Atención alternada: es la función que nos permite cambiar el foco de atención cuando sea necesario sin perder información relevante para continuar con la tarea. Si por ejemplo, estamos leyendo un libro y entran en la habitación a decirnos que la comida ya está lista, es la capacidad para responder a la persona que entra sin perder información del libro que estábamos leyendo.
  4. Organización: es la función que nos da las herramientas necesarias para estructurar la información de manera eficaz. Es aquella que nos permite priorizar las tareas más importantes, distribuir las tareas, programar nuestros eventos… Se trataría de la “agenda” que programamos nosotros mismos. Como ven, realmente importante para la correcta gestión de tareas en los niños.
  5. Planificación: Muy relacionada con la organización, encontramos la planificación. Se trata de la función que nos permite operativizar la organización, es decir, nos permite generar las tareas que son necesarias para ir logrando los objetivos que nos proponemos en la organización previa.
  6. Fijación de metas: Habrán observado que durante todo el artículo hablamos mucho de los objetivos y las metas. Es por ello que esta función repercute en gran parte de las demás. La fijación de metas nos lleva a proponernos objetivos a corto, medio y largo plazo que sean coherentes y realistas.
  7. Toma de decisiones: Esta función habla por sí sola y es que es de las más importantes porque se encuentra muy relacionada con el resto de funciones ejecutivas. Se trata así de realizar una correcta elección de alternativas adecuada al objetivo planteado, realizando una reflexión acerca de los pros y los contras de dicha opción.
  8. Inicio y finalización de tareas: es la función que nos ayuda a establecer cuándo es adecuado iniciar una tarea acorde al objetivo que nos hayamos planteado; y cuándo es necesario finalizar dicha tarea, o bien porque ya la hayamos finalizado con éxito, o porque sea necesario parar para no saturarnos.
  9. Memoria de trabajo: Existen dos tipos de memoria principales: a largo y a corto plazo. Esta de la que hablamos pertenece a la memoria a corto plazo. Se trata de un tipo de memoria, como su propio nombre indica, muy relacionada con el trabajo o la realización de una tarea. En la memoria de trabajo almacenamos durante un corto periodo de tiempo, los elementos que necesitamos tener presentes en la realización de una tarea.
  10. Anticipación: esta función nos permite prever los resultados más probables de una situación, basándonos en la experiencia y en el sentido común.
  11. Flexibilidad: Una de las funciones cuya carencia produce más problemas de adaptación e integración. La flexibilidad nos permite modificar nuestra forma de pensar y de actuar dependiendo del contexto en que nos encontremos. Nos lleva así a adaptarnos a todos los cambios que se nos vayan dando. Esta es una función muy necesaria de trabajar con los niños con TEA, ya que gran parte de ellos presentan una gran inflexibilidad ejecutiva.
  12. Razonamiento: es la función que nos permite conectar ideas entre sí usando el pensamiento lógico. Nos permite así llegar a las conclusiones más lógicas posibles.
  13. Resolución de problemas: es la función que nos permite llegar a una respuesta adecuada basándonos en la información que nos dan y que somos capaces de detectar. Los enigmas y los acertijos ayudan mucho a trabajar esta función ejecutiva.
  14. Fluidez cognitiva: es la función más relacionada con el aprendizaje continuo, ya que es la que nos permite generar nueva información a partir del conocimiento que vamos adquiriendo; digamos que la fluidez es la facilidad con la que la información es procesada.

Todas ellas son necesarias trabajarlas en todas las personas, pero si lo hacemos desde que somos niños, nos aseguramos una mejor adaptación e integración social y personal. Hay muchas webs que contienen recomendaciones e incluso materiales para trabajar cada una de ellas:

Referencias bibliográficas

  • Cock, M. R., Matute, E., y Jurado, M. B. (2008). Las funciones ejecutivas a través de la vida. Revista neuropsicología, neuropsiquiatría y neurociencias, 8(1), 23-46.
  • Gilbert, SJ y Burgess, PW (2008). Función ejecutiva. Biología actual , 18 (3), R110-R114.
  • Golberg, E. (2001). The executive brain: Frontal lobes and the civilized mind. New York: Oxford University Press.
  • Lezak, M. D. (2004) Evaluación neuropsicológica. Nueva York: Oxford University Press.
  • Lezak, M. D., Howieson, D. B., y  Loring, D. W. (2004). Neuropsychological assessment (4a. ed.). New York: Oxford University Press. Stuss, D. T., y Benson, D. F. (1986). The frontal lobes. New York: Raven.
  • Verdejo-García, A., y Bechara, A. (2010). Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Psicothema, 227-235.